Una gota de arena.
Una lágrima de silencio.
Un espacio vacío en el ocaso de los días.
Buscando la melodía perfecta caí en cuenta de la nada que abarcaba mi vida.
Con mis dedos atrapados en juegos truncos no podía volar.
Estaba atado a la cotidianeidad.
Penetrado por miedos propios.
Ofuscado porque las palabras se me enfrentaban en un paralelismo oscuro.
Creyendo que mi lengua debía cambiar dejé de buscar el significado.
Atenté contra mi propios sueños.
Celado por las mentiras ajenas.
Hoy empiezo de nuevo.
Lentamente engranan mis ideas y se renueva el ritmo cardíaco.
Solo me falta recordar mis sueños.
Pero es solo cuestión de tiempo.
27.12.08
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